
Director: Michael Reeves
Año: 1968
Género: Terror - suspense
Tratamiento de la brujería: antropológico, histórico, folklórico
Puntuación: 7'5 de 10
Un clásico, que aproxima al público actual a la polémica y dudosa figura del mayor cazador de brujas de Inglaterra: Matthew Hopkins, Witchfinder General. Aunque la película cae en tópicos, no vacila demasiado en culpar a Hopkins de propagar una caza de brujas por la sola causa de su propio mérito y reconocimiento. Una crítica, en definitiva, que aún no ha sido desbancada por ningún remake (una pena, por cierto).
Sinopsis:
Año 1645, Inglaterra, en plena guerra civil. Un soldado vuelve a su pueblecito de Suffolk (East Anglia) para encontrarse con su prometida, pero Matthew Hopkins irrumpe en el territorio, amenazando a la muchacha, así como a muchos otros habitantes del pueblo. Muchos están a su favor, desatando una verdadera caza sin sentido, pero tantos otros están en su contra, viendo cómo bajo la apariencia religiosa y compasiva de Hopkins yace un interés puramente centrado en el dinero, la notoriedad y la lujuria.
Crítica:
Vincent Price es el Matthew Hopkins que yo siempre imaginé (aunque se sabe que murió bastante joven), y la película trata su cometido con cierta objetividad, dentro de lo posible en la productora Tigon. La crítica a la figura de Hopkins, así como la locura que lo rodeaba son bastante criticados en la película, aunque también lo es el asunto de la brujería, considerada una tontería supersticiosa local. La recomiendo a todos los interesados en este período oscuro de la historia de la brujería, aunque la película se centra más en el personaje que en el fenómeno propio de las artes ocultas.
Tráiler en inglés:
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